miércoles, 23 de junio de 2010


Breve composición para habitar una casa que es un demonio y una ciudad o algún cordero que se escapa de la boca
I

Después de un largo tiempo de ausencia y alejados de todo asunto relacionado con la poesía, el pasado 4 de junio reanudamos nuestras charlasconlapoesia. En esta ocasión con la presencia de la poeta Hortensia Carrasco, quien tuvo la amabilidad de compartir con nosotros parte de su poesía y de su experiencia en el ámbito creativo.
Cabe mencionar que también tuvimos con nosotros al poeta, traductor y maestro, Saúl Ibargoyen, quien acompañó a la cita a nuestra invitada y que formó parte de del público asistente que esa tarde de lluvia se reunió a escuchar el viento de la bendita poesía.

II

En punto de las seis de la tarde y con el cielo transformado en un metal rugoso, arribaron a la casa de Cultura Impi-Picos los poetas Hortensia Carrasco y Saúl Ibargoyen. En medio de pláticas que lindaban casi en el susurro entre asistentes, poetas y presentador, la hora de iniciar la charla se iba acercando.

Una botella de vino tinto nos sirvió de intermediaria y una copa de éste, fue el pretexto para romper el hielo con la poeta, quien además de buena escritora, porta un carácter serio como carta de presentación.

A manera de bienvenida, un poema suyo que me atreví a leer, nos preparó a todos- invitados y asistentes- para una velada llena de poesía e intimidad.


Ciudad como seca hierba

“Esta ciudad seca como hierba
Otoñal en su más puro recuerdo
Bebe lágrimas y guarda piedra a piedra
Su esencia conquistada
Y su horizontal paisaje de montañas

Arraigada por la memoria eclesiástica
Y el rumor lastrerino de la historia
Busca el arrabal inútil de sus calles
Y las cantinas infestadas
Por el olor mágico del sexo y el dinero

La zona mortuoria de esta ciudad
Son los olvidados cementerios de cierto barrio
Las pétreas calles atiborradas de borrachos
Ciegas, mancos, prostitutas, depravados,
Indigentes, amas de casa, comerciantes,
Transeúntes, personas, ciudadanos, gente.

De vez en vez la zona fronteriza
De perfume y puros en la boca
Monta un circo sobre Lomas de Chapultepec
Y explota al estelar de las calles
Espectáculo para comentar entre tazas de café
Y una buena dosis de bostezos.”


III



Al abrir el libro de la poesía de Hortensia Carrasco, llega a nosotros ese aroma de la poesía fresca y sencilla; de tema simple pero bien trabajado: La Ciudad. Como una espectadora de la gran urbe, de sus habitantes y de esos pequeños instantes que gobiernan el ocaso y la lluvia, Hortensia nos regala una visión tarde, de arrabal y de calle del centro histórico. Es casi inevitable dejarse atrapara por esta poesía, sobre todo si somos lectores que gustamos del centro y sus calles, de su lluvia, de sus edificios cayéndose entre arabescos barrocos. Pero más allá de la simple alusión de la ciudad, en la poesía de Carrasco encontramos algo más fuerte que la gobierna y da vida, la experiencia misma de la ciudad interna:


“La gente corre para irse
Pero igual que el agua
Vuelve al mismo lugar
Al mismo vaso, la misma arena, el mismo agujero.

La gente fluye y cae como cascada lunar
Se vuelve vorágine y remolino
Azota sus días, construye paciencia
Retrata su olvido.

La gente a veces es grito
De pozo en agonía, de arrollo desierto
Tinaja humedecida por alientos subterráneos.

En el agua se vuelve espejo y máscara
Oscura bahía, puerto aprisionado,
Tierra movediza donde se hunden
Albas, temores y farsas.

Se reblandece y es brizna, olvidado pasto
Llora, se filtra, se consume, queda en la tierra,
Raíz, hueso dormido,
Cántaro ausente en la llovizna.”



A manera de espejo, cada uno de esos rostros, de esa gente, forma parte del universo interno de la poeta; así, cada una de estas personas, de esas calles y de esas briznas, son la voz y la visión del mundo de la poeta.



IV

Pero, ya alejados del mundo, de ese ruido y el bullicio, la poeta encuentra sin lugar a dudas sus más altos momentos en el encierro, en sus instantes calmos. Para muestra, este texto que desde el primer momento en que lo leí, no pude más que agradecer a la escritora su composición. A mi modo de ver, el poema donde se consolida el libro y donde uno se da cuenta que la obra de Carrasco tiene alturas serias y de excelente poesía:


Breve composición a una casa de lejos

“Aquí habita un demonio
Con cabellos opacos
Que enseña sus dientes de cordero
Cuando quiere tocar tu boca.

Allá habitas tú,
Búfalo triste, sin demonio,
Sin dientes y sin selva
Tan solo tu cielo negro
Y el retrato de lo mismo.

Así se habita esta casa
Amarilla, con trapos solos
Y una gotera que viene de mis ojos,
Casa que tu puño rojo envuelve
Y destroza con tu ausencia.

Habitamos el uno sin el otro.
Tú, como paloma artificial
Que adorna una cama,
Yo, como enredadera
Que se lamenta sobre una pared.”



Con un lenguaje sencillo -ya he dicho- y directo, nos muestra esos hermosos demonios que lleva consigo el amor, la piedad, la vida misma…


V



La noche se apareció de pronto como fondo en las ventanas que rodeaban la charla y era hora de salir al mundo nuevamente. El vino había llegado a su fin minutos antes y el público y poetas empezábamos a exigir una cerveza para acompañar la poesía. Era hora de marcharnos por la calle y atracar en algún bar cercano.

El público agradeció a Hortensia por la poesía y el momento, y decidimos todos mudar la charla a otro sitio. La noche, como siempre empezaba y era joven; había muchos amigos que saludar bajo el amparo de la ciudad y el cigarro, había aún muchas cosas por hacer, así que fuimos –piratas- por nuestra santa bebida.

Salud por Hortensia y su amabilidad, salud al maestro Ibargoyen y sus comentarios, y a todos los asistentes que en pie de guerra han sostenido estas charlas…

Va por ellos la primera ronda!


GUSTAVO ALATORRE (junio 2010)

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