miércoles, 21 de agosto de 2013
TERCERA JORNADA
Como parte de la tercera jornada del encuentro dedicado al vate Max Rojas, se presentó en la ciudad de México la legión hidalguense conformada por los poetas Rogelio Perusquía y Ramón Antonio Gil; acompañados del poeta Ricardo Sevilla y las poetas Yelitza Ruiz y Becky Runbistein F., en un Don Porfirio Caffe abarrotado por los escuchas que esa tarde se dieron cita.
De igual manera que la noche comenzaba a nacer, la poesía de los poetas de esta sesión comenzó a tomar espacio en la galería, a subir por los oídos de quienes esta vez asistimos a cumplir una vez más con ese rito que compete a la escritura. Las caravanas de los versos a la amada que poblaban las calles de los versos de Rogelio vibraron el ambiente de cierta nostalgia, seguidas del ritmo atrayente del poeta Antonio Gil, quien demostró que en Hidalgo existe muy buena poesía.
Los poemas de corte narrativo de Ricardo Sevilla se hicieron presentes desde la trinchera del intelecto, la reflexión y la ironía. Cargados en todo momento de una reflexión profunda y lúcida de la realidad y la vida cotidiana. El poeta dio ejemplo de la brevedad y el poema largo y narrativo. Ambas formas en él conviven sin ningún problema.
El paisaje de la poesía de Yelitza Ruiz también cobró presencia. Las cruces, las iglesias y las letanías tienen en ella altura de algo más que un recurso, son imágenes que producen en el lector y el escucha atento la evocación, la ensoñación: “Amanecí repleta de pájaros,/ junto a tus alas que guardan reposo/ en medio de un canto que lastima el oído,/ que abraza la corteza del árbol, / en la memoria de abril que lleva tu nombre./ Amanecí con el vientre repleto de aves,/ en el nido que arde al filo de las ramas.”
La poeta Becky Runbistein ofreció una serie de poemas que violentaron en todos sentidos el rol pasivo que suele creerse de la mujer. Tomando como motivo principal el cuento de Caperucita y el lobo feroz, la poeta revierte el rol pasivo que suele darle la visión masculina a la mujer y nos ofrece una serie de poemas que hablan con mayor fidelidad de lo que es ahora el papel de ésta en la sociedad, en la poesía y en la vida en sí. La caperucita se ha vuelto loba y orgullosa de ello, revierte el mundo, parece decirnos la poeta.
Al final del día quedó impregnada el alma de quienes estuvimos ahí de poesía, de café, de palabras que son y serán, para todos nosotros que gustamos de la escritura, la llave con la que abrimos y cerramos el mundo.
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